Bien dice el dicho que no hay que juzgar por la primera impresion, ¿qué te pareceria recibir unos chocolates finos en una caja de carton de almacen de lo más común?
Pues si, en la ciudad de Monterrey se creó todo un concepto para la marca de chocolates artesanales Caramela, con un packaging que se eleva sobre los tradicionales y ofrece algo diferente.
El empaque más tosco de la industria del transporte y almacenaje sirvió de inspiración al despacho Anagrama para crear el concepto de marca de Caramela, una boutique de chocolatería y confitería de Monterrey, ciudad del norte de México.
Para representar a la marca, que propone una fusión entre la dulcería tradicional mexicana y las nuevas tendencias de la repostería europea, la agencia realizó un empaque simple, colorido y divertido.
La idea fue crear un empaque similar a las cajas de cartón de los almacenes, con códigos QR, códigos de barras, símbolos e indicaciones parecidas, pero utilizando un color rosa neón y un acabado estilizado que confronta estas dos cualidades: inspiración tradicional y confección moderna.
La clave esta en la diferenciación, hacer algo que no esten haciendo los demas para de esta manera poder estar en la mente de nuestros consumidores.
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